VOLVERÉ
Sheila, vive con
su familia en un pequeño pueblo apartado de la ciudad, donde todo es muy
tranquilo y se puede apreciar el verdadero silencio de la noche. A veces, solo
se escucha el cantar de los pájaros o el viento rebotar contra las hojas de los
árboles.
Habían pocos
niños con los que jugar, su mejor amigo y vecino, Drew, era con el único que
pasaba las tardes en aquel lago azul y cristalino. Los fines de semana, bajaban
a comprar a la ciudad acompañados de sus padres, alguna que otra vez iban al
cine, o aprovechaban para visitar grandes monumentos.
Pero sus vidas
siempre han estado vinculadas a los establos, cada mañana se ocupaban de ello,
incluso montaban a caballo hasta un descampado que había por allí cerca. Era
algo que tenían en común y les hacía felices, sentían que eran libres.
Ya hacía unos 16
años que vivía allí. Al igual que Drew han crecido en aquel lugar. Sus padres
ya se conocían antes de ellos nacer, Anne, la madre de Drew, después de perder
a sus padres en un accidente con el coche, decidió mudarse a la casa de al
lado, no tenía muchos amigos ni familiares en el pueblo en que ella vivía. Solo
los tenía a ellos, los Kox. El día que Anne se mudó, estaba embarazada de Drew,
no le quedaba mucho para traerlo al mundo. Al igual que a la señora Kox, las
dos tuvieron a los niños el mismo año.
Y así fue, como
al año siguiente Drew ya tenía un año, solo le llevaba 3 meses a Sheila.
Desde entonces,
no se han separado ni un solo día, el tiempo ha pasado muy deprisa, pero ellos,
cada día están más cerca uno del otro. Han crecido, ahora son adolescentes,
pero siguen haciendo las mismas tonterías de siempre.
Pero cuando todo
no podía ser más perfecto, una nube oscura y llena de tristeza se dirigió hacia
ellos. Drew había recibido una llamada de una famosa discográfica, pero para
cumplir su sueño debía mudarse a Atlanta, él estaba saltando de alegría, pero,
por otro lado, quería mucho a Sheila y no quería que sufriera si él se iba. La
verdad ya no sabía si era realmente amor lo que sentía por ella, quizás se
estuviera enamorando, pero ahora no podía pensar en eso, triste y a la vez
feliz, escribió una carta Sheila.
Querida amiga:
Sé que esta no es
la mejor manera de darte una noticia, pero tampoco me hubiera gustado verte
llorar, ya sabes que lo único que quiero es que seas feliz. Pero desde hace
mucho tiempo he deseado ser un gran cantante y esta es mi oportunidad. Me han
llamado de una discográfica, pero debo mudarme a Atlanta.
Solo quiero que
sepas, que por muchos kilómetros que nos separen, nunca te olvidaré.
Gracias por todos
estos años juntos, han sido los 16 primeros años de mi vida y me alegra haberte
tenido ahí siempre. Así te digo que me tienes aquí para todo.
Volveré.
Te quiere, Drew.
-Te
esperaré -susurró ella-
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