domingo, 31 de marzo de 2013

VOLVERÉ



VOLVERÉ



Sheila, vive con su familia en un pequeño pueblo apartado de la ciudad, donde todo es muy tranquilo y se puede apreciar el verdadero silencio de la noche. A veces, solo se escucha el cantar de los pájaros o el viento rebotar contra las hojas de los árboles.
Habían pocos niños con los que jugar, su mejor amigo y vecino, Drew, era con el único que pasaba las tardes en aquel lago azul y cristalino. Los fines de semana, bajaban a comprar a la ciudad acompañados de sus padres, alguna que otra vez iban al cine, o aprovechaban para visitar grandes monumentos.
Pero sus vidas siempre han estado vinculadas a los establos, cada mañana se ocupaban de ello, incluso montaban a caballo hasta un descampado que había por allí cerca. Era algo que tenían en común y les hacía felices, sentían que eran libres.
Ya hacía unos 16 años que vivía allí. Al igual que Drew han crecido en aquel lugar. Sus padres ya se conocían antes de ellos nacer, Anne, la madre de Drew, después de perder a sus padres en un accidente con el coche, decidió mudarse a la casa de al lado, no tenía muchos amigos ni familiares en el pueblo en que ella vivía. Solo los tenía a ellos, los Kox. El día que Anne se mudó, estaba embarazada de Drew, no le quedaba mucho para traerlo al mundo. Al igual que a la señora Kox, las dos tuvieron a los niños el mismo año.
Y así fue, como al año siguiente Drew ya tenía un año, solo le llevaba 3 meses a Sheila.
Desde entonces, no se han separado ni un solo día, el tiempo ha pasado muy deprisa, pero ellos, cada día están más cerca uno del otro. Han crecido, ahora son adolescentes, pero siguen haciendo las mismas tonterías de siempre.

Pero cuando todo no podía ser más perfecto, una nube oscura y llena de tristeza se dirigió hacia ellos. Drew había recibido una llamada de una famosa discográfica, pero para cumplir su sueño debía mudarse a Atlanta, él estaba saltando de alegría, pero, por otro lado, quería mucho a Sheila y no quería que sufriera si él se iba. La verdad ya no sabía si era realmente amor lo que sentía por ella, quizás se estuviera enamorando, pero ahora no podía pensar en eso, triste y a la vez feliz, escribió una carta Sheila.

Querida amiga:
Sé que esta no es la mejor manera de darte una noticia, pero tampoco me hubiera gustado verte llorar, ya sabes que lo único que quiero es que seas feliz. Pero desde hace mucho tiempo he deseado ser un gran cantante y esta es mi oportunidad. Me han llamado de una discográfica, pero debo mudarme a Atlanta.
Solo quiero que sepas, que por muchos kilómetros que nos separen, nunca te olvidaré.
Gracias por todos estos años juntos, han sido los 16 primeros años de mi vida y me alegra haberte tenido ahí siempre. Así te digo que me tienes aquí para todo. 
Volveré. 
 Te quiere, Drew.


 -Te esperaré -susurró ella-




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