miércoles, 16 de noviembre de 2016

CABAÑA DE MADERA





No sé cuánto tiempo estuve así. Cuando conseguí ponerme en pie, decidí acudir al único lugar donde sabía que podía sentirme seguro, una pequeña casa de madera que se encontraba a pocos metros de la carretera en la que me había quedado inconsciente debido al accidente. Estaba en mitad de la nada, rodeado de árboles altos y frondosos por los que traspasaba la nítida luz del día.
Ya dentro de la casa, me sentía un poco cansado, así que atravesé la sala y llegué al dormitorio en el que había una lampara encima de la mesa de noche y justo al lado en el suelo, un colchón con una manta perfectamente doblada, me tumbé y me tapé. Al momento cerré los ojos, empecé a recordar lo sucedido.

Ese día, como cualquier otro iba a la casa de madera que había heredado de mi madre, es vieja, por lo que había decidido reformarla. Estaba conduciendo tranquilamente cuando, de repente un fuerte estruendo hizo que perdiera el control del coche, me fui rodando cada vez más a la derecha, seguía intentando averiguar de dónde venía ese ruido, mirando para todos lados, pero lo único que logré visualizar fue árboles y el trozo de carretera que cada vez se hacía más grande. Cuando quise coger el volante para girar el coche vi un tronco de árbol justo delante. No me dio tiempo a reaccionar y quitar el pie del acelerador, choqué con el árbol y me quedé inconsciente.

Al rato abrí los ojos, asustado por todo lo que había recordado me levanté rápidamente, cogí mis llaves y salí de casa, ya estaba oscureciendo, me dí prisa en llegar abajo, pero tarde me di cuenta de que estaba en una zona en la que lo único que podías hacer era estar lejos de todo...

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